Ya te Bali…

Hay una playa larguisima que se llama Kuta Beach,

me rodean tres tabalas de surf, Oscar Wilde en mi regazo

y un tablero de ajedrez aburrido desde hace semanas en el maletero de mi moto…

Los indonesios juegan en las calles con tableros gigantescos partidas largas y serias.

A mi no me toman en serio cuando pregunto si puedo jugar asi que me siento y les miro, juegan bien, juegan rápido y decidido.

También juegan a las cartas y como no apuestan con dinero y no conocen los garbanzos pues se ponen pinzas de la ropa en las orejas y barbilla cuando pierden…

Los locales llevan el cuerpo tatuado y pendientes enormes en las orejas.

Los turistas llevan camisetas de Bintang, la cerveza Balinesa, sombreros de paja y sonrisas torcidas…

Pasan muchos turistas colocados del famoso mushroom shake…

Miran las luces deformadas y su lentitud nos provoca risa a las chicas y a mi, en la puerta de Eikon, el garito donde trabajamos.

Solo estamos 4 horitas, somos la imagen del local y hablamos con los clientes, bailamos, bebemos tequila con rodajas de naranja…

Voy descubriendo un Bali diferente como dosificado en tardes de puesta de sol y clases de Tribal fusión..

Cada tarde cojo la moto y conduzco por sunset road mientras el cielo se tiñe de naranja, aqui las puestas de sol son a las 6 de la tarde y duran hasta que entro en clase, me coloco el pañuelo en la cinturay comienzo a sudar y sacudir caderas y pecho.

Me encanta el ambiente en la escuela de Bellydance…

Después recojo la cena en Eikon y voy a casa a disfrazarme de noche, de buho, de sonrisa…

Conocemos un huracán de personalidades y nos dejamos arrastrar por la luna, las luces y el fervor de la música..

Natalia, Julie y yo..

Aline estuvo unos días con nosotras y ahora nos encontraremos en Lembongan, una islita donde vive mi amigo Francoise rodeado de peces…

Hay un singing bowl que me devuelve como por ráfagas a Nepal y a mi falta de azul en Bali…

Pero intento estar presente y respirar este aire de perfección, de cazería nocturna…reirme de la estrategia en balde que me rodea cada noche…

El otro día en Padang Padang había un chico tocando el hang, ese instrumento medio mágico que toca Miguelito, mi amigo de notas, en los bosques de Holanda….

Me transportó enseguida el sonido e íbamos en una bicicleta en un camino de tierra, y había muchas hojas de otoño y Mon nos seguía en la bicicleta hacia ese lugar donde enterraste tu rasta…

Viajo a miles de lugares solo con mi memoria, me pregunto a cuantos sitios viajaré cuando me tumbe en mi terraza de la Alpujarra y mire las montañas…

Tailandia, Camboya, Vietnam, Malaysia, Nepal, Indonesia…

7 meses viajando por Asia, una mochila y zapatos de arena…

No tengo billete de vuelta, no tengo planes ni inquietudes que me quiten el sueño, me acompañan mis hermanas Julie y Natalia y nuevos retos en esta isla de surf y palmeras…

Vivimos en Donkeys Skate Park con Firman, Mario, Jimmy y Terry, nuestra familia skater en el paraiso Balinés…

A veces nos llevan a playas secretas y nos nadamos ahsta que gritan «tiburoneeees» para asustarnso y que volvamos a la arena a pescar cangrejos o a dibujar en la orilla…

De repente mire la fecha y no podía creer que estuvieramos en octubre ya, que el verano europeo había pasado y que yo sigo prolongando la vida relajada cerca del mar…

 

-Marina, cuando vuelves? Ya te Bali…

 

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